La siguiente nos recuerda que, a pesar del proceso de paz en Colombia, los discípulos de Jesucristo que trabajan por la paz todavía encuentran oposición. Peter Stucky es un pastor en la Iglesia Cristiana Menonita de Colombia. Después de su texto hay una traducción al inglés por el co-redactor de Anabaptist Witness Jamie Pitts.

The following report is a reminder that, in spite of an official peace process in Colombia, Christian peacebuilders still face opposition there. Peter Stucky is a pastor in the Iglesia Cristiana Menonita de Colombia. His original Spanish-language text is followed with an English translation by Anabaptist Witness co-editor Jamie Pitts.


Español

En enero de este año el nombre de Agustín Jiménez de la Iglesia Menonita de Teusaquillo apareció en una amenaza de muerte circulada en internet y también en un volante físico. Fue enviado por un grupo armado ilegal llamado las “Aguilas Negras.” Aunque el gobierno dice que los grupos paramilitares se acabaron con la desmovilización de los paramilitares que hubo unos años atrás, otros ven que simplemente adoptan otros nombres y siguen delinquiendo.

De todas formas para Jiménez las amenazas contra su vida no son nada nuevo. A sus 49 años de edad, este defensor de derechos humanos y trabajador por la paz, tiene una historia personal que para muchas personas sería difícil.

Fue miembro del Comité de Solidaridad con los Presos Políticos por 21 años–14 años como presidente. Con la organización defendía los derechos humanos de presos y a veces la defensa legal. Fue vocero de la Coordinación Colombia-Europa, una coalición de unas 266 organizaciones de derechos humanos por 10 años. Actualmente trabaja como asesor jurídico de un senador de un partido de oposición.

En 1997, 1999 y 2002 recibió amenazas por internet y por teléfono. Por esa razón la Comisión Interamericana de Derechos Humanos dictó medidas cautelarias y el gobierno le dio un esquema de seguridad: una camioneta con conductor.

En Barranquilla en el 1997 dos hombres en dos vehículos intentaron meterse al apartamento donde vivía. Tuvo que salir desplazado a Bogota. En el 2002 recibió una llamada y le dijeron que lo iban a desaparecer, y necesitó escolta policial para salir del sitio donde estaba. Dos veces tuvo que salir del país para protegerse.

En enero 2015 apareció la amenaza de parte de las Aguilas Negras, contra defensores de derechos humanos y trabajadores por la paz. En la amenaza acusaban a los activistas por la paz de estar haciéndole el trabajo a la guerrilla. Considera que lo que motivó la amenaza fue su papel de seguimiento al cese unilateral de fuego que declaró la insurgencia de las FARC.

¿Por qué asume ese riesgo? “Necesitamos hacer muchos esfuerzos para que la paz llegue al país,” responde Jiménez. “Es una vocación de fe y hay que esforzarnos para que los seres humanos no recurran a violencia. Es una necesidad urgente. Siempre estoy bajo la protección de Dios para lo que hago.”

Peter Stucky es un pastor en la Iglesia Cristiana Menonita de Colombia.

English

In January of this year, Agustín Jiménez’s name was included in a death threat circulated online and in a paper leaflet. Jiménez is a member of Teusaquillo Mennonite Church in Colombia. The threat came from an illegal armed group called the “Aguilas Negras” (Black Eagles). Although the Colombian government says that the paramilitary groups demobilized years ago, others acknowledge that they have simply adopted new names and continue to commit crimes.

For Jiménez the death threats were nothing new. This forty-nine-year-old human rights defender and peace worker has endured much that many would find difficult.

Jiménez was a member of the Committee for Solidarity with Political Prisoners for twenty-one years, fourteen as president. With this organization he defended prisoners’ human rights, and sometimes helped with their legal defense. He was also for ten years the spokesperson for Coordination Colombia-Europe, a coalition of some 266 human rights organizations. Currently he works as a legal adviser for a senator who belongs to the opposition party.

Jiménez received death threats by internet and telephone in 1997, 1999, and 2002. In response, the Inter-American Commission on Human Rights ordered that precautionary measures be taken, and the Colombian government gave him a security plan: an SUV with a driver.

In 1997, two men attempted to break into his apartment in Barranquilla, after which he moved to Bogotá for his safety. But in 2002 he received a call informing him of his imminent kidnapping; a police escort was required for his escape. Twice he fled Colombia in order to protect himself.

The threat from the Black Eagles in January was directed to human rights defenders and peace workers, accusing them of collaborating with the guerrilla armies. It is likely that the threat was a response to his role in the verification process of the unilateral ceasefire declared by the FARC insurgency.

Peter Stucky is a pastor in the Iglesia Cristiana Menonita de Colombia.